Usted acaba de mencionar la victoria de los Carp en el campeonato de béisbol. ¿Es, según usted, una de las razones por las cuales Hiroshima suscita el interés de los jóvenes?
Y. H.: Es posible, pero creo que hay que buscar la razón en la historia que ha rodeado este acontecimiento, en particular la vuelta del veterano Kuroda, que ha dejado el campeonato americano para volver a “su” ciudad. Su actitud ha emocionado mucho a la gente. Además, conviene señalar la naturaleza del propio equipo. Los Carp son de alguna manera los hermanos pequeños del béisbol japonés. El equipo no tiene mucho dinero y no se beneficia de grandes patrocinadores que invierten a fondo perdido en un club. De hecho, el equipo debe tener una gestión saneada y las cuentas en orden. Eso significa que no puede pagar jugadores demasiado caros y que el equipo apuesta sobre todo por jóvenes que contribuirá a formar y a hacerlos conocidos. Este funcionamiento atípico en un equipo profesional en Japón es su marca de fábrica.
Por eso tiene un gran apoyo popular. A este nivel, de igual manera, los Carp se distinguen del resto de los equipos del campeonato porque el club dispone de una base femenina de seguidoras única en el país. Más de la mitad de los espectadores que van al estadio para ver los partidos son mujeres. Es algo realmente increíble para la mayor parte de los japoneses, que están acostumbrados a ver los estadios mayoritariamente llenos de hombres.
¿Este equipo simboliza de alguna manera el espíritu que reina en la propia prefectura?
Y. H.: Creo que sí. Cuando el equipo fue fundado no tenía ningún patrocinio. Enseguida se ha posicionado como un club de ciudadanos, próximo a la población. Incluso si Mazda, el constructor de automóviles local, lo ha apoyado, las dificultades económicas no le han permitido comportarse como los patrocinadores de otros equipos. Por lo tanto, los Carp han tenido que apoyarse en los habitantes de la región que son los que han ayudado económica y mentalmente al club durante todos estos años. La conexión es especialmente fuerte entre ellos. Es una situación única en el país. Además, podemos añadir que el equipo es el único en Japón que se presenta como el equipo de una ciudad. En general, los clubs se presentan por su nombre, pero el nuestro se presenta igualemente por su nombre de bautismo como el equipo de Hiroshima. Eso muestra la importancia del vínculo entre el equipo y su región.
En su opinión, ¿eso favorece el nivel de atractivo de la región?
Y. H.: Hace algún tiempo me encontraba en la prefectura de Mie (entre Osaka y Nagoya). Uno de mis colaboradores me contó que cenando en un restaurante, una joven le preguntó si venía de Hiroshima. Cuando le respondió que sí, ella se apresuró a decirle que iba al día siguiente para asistir al partido de los Carp en el estadio Mazda Zoom Zoom, ¡en Hiroshima! Esta joven pertenecía a lo que llamamos las “Carp Joshi” [las Carpitas], es decir, una base de fans extendida un poco por todo el país, y no únicamente en Hiroshima. Es algo increíble y no puedo evitar pensar que ello contribuye a mejorar la imagen de nuestra región. Tan cierto como que hay agencias de viajes que organizan estancias en Hiroshima reservadas a las mujeres para asistir a un partido y realizar otras actividades. Eso se vende como rosquillas.
¿De qué otra forma se manifiesta este nuevo interés por Hiroshima?
Y. H.: Por ejemplo, comenzamos a ver gente que viene a instalarse en nuestra región. Algunos dejan grandes ciudades como Tokio para venir a vivir a Hiroshima, pero lo más interesante es que algunos no tienen ningún vínculo particular con la región y aun así deciden mudarse. En el transcurso de los cinco años anteriores se ha registrado un incremento del número de personas que se han instalado aquí.