Encuentro: Una confianza serena

En Onomichi, se organizan regularmente reuniones para la revitalización de la ciudad.

Usted mismo ¿es una de esas personas?
Y. H.: No del todo. No puedo decir que esté hecho para vivir en este tipo de lugares, pero estoy feliz de poder hacerlo. Es decir, he dejado Tokio para volver a Hiroshima porque amo la naturaleza y las actividades asociadas a ella. Es muy fácil cuando se vive aquí acceder a la naturaleza. Por ejemplo, solo estamos a una hora en coche de las estaciones de esquí. Y cuesta menos de 800 yenes. Sin embargo, un tokiota deberá desembolsar para este tipo de actividad 5 000 yenes por el peaje sin contar el tiempo que se tarda en llegar. Tenemos también el mar a mano… Es formidable.
Es un buen momento para hablar del turismo al que acaba de referirse ahora mismo.

¿Cuáles son los principales puntos fuertes de Hiroshima en este terreno?
Y. H.: En primer lugar tiene el Mar Interior que acabo de mencionar y una historia muy rica. Le recuerdo que Hiroshima se encontraba ya en la ruta que iba de la parte occidental del país hasta Kioto y por la que transitaban todas las personas y mercancías que entraban en territorio japonés. Esto evidentemente ha contribuido a dar a las diferentes actividades turísticas una base sólida. De igual forma, intentamos explorar nuevas vías que respondan a la evolución de las necesidades de los turistas. La idea es facilitar el descubrimiento individual de la región gracias al refuerzo de los medios de transporte, como el ciclismo.

¿Podría darnos algunos ejemplos de lugares que a usted le gustan especialmente en esta región?
Y. H.: Esa es una pregunta trampa a la que no es fácil responder (risas). Como le he dicho antes, me encanta el esquí. Siempre que puedo voy a las pistas de la región que son de muy buena calidad. Cuando la temporada de esquí termina, es muy agradable hacer bicicleta de montaña. Pero reconozco que no es los más fácil de hacer cuando se está de paso como turista. También recomendaría en primer lugar ir a la cumbre del monte Misen en la isla de Miyajima. Tanto al alba como en la puesta del sol hay una vista magnífica. Hemos construido, en 2013, un observatorio concebido por el arquitecto Sambuichi Hiroshi, que se integra perfectamente en el paisaje. Vale realmente la pena ir. Otro lugar impresionante es la isla de Osaki Kamijima y, en particular, el monte Kan-no-mine (453 metros) desde donde se divisa por supuesto el Mar Interior, pero sobre todo las 115 islas que lo salpican. Es verdaderamente un lugar divino, quizás por eso su nombre significa Pico de Dios. Y al bajar, podemos hacer un descanso en la estación termal local donde se puede tomar un baño con vistas sobre el mar y las islas.

Según el gobierno, es imperativo que la forma de vida en Japón evolucione. / Jérémie Souteyrat para Zoom Japón

En primavera, JR West lanzó su tren-crucero con dos paradas en su prefectura. ¿Qué le parece esta iniciativa?
Y. H.: Estoy a favor, ya que ello nos permite diversificar la oferta turística. Además, la vocación de este tipo de tren es proponer lo mejor de lo mejor, lo que va a contribuir a reforzar la imagen de Japón y de nuestra región.

¿Cómo imagina Hiroshima en los próximos 5-10 años?
Y. H.: Nuestro principal desafío se centra en la despoblación asociada al envejecimiento acelerado de nuestra sociedad. Es un fenómeno difícil de detener pero tenemos que esforzarnos en transformar nuestra sociedad para que ésta pueda ofrecer condiciones de vida favorable para la felicidad de la familia. Tenemos que trabajar menos, ser más productivos para vivir más felices. Esto debería favorecer el deseo de tener hijos. Para esto tenemos que dar más importancia a la innovación para asegurar una mejor productividad, pero también una modernización del sistema de enseñanza. Es un poco una revolución cultural lo que tenemos que lanzar, en particular sobre nuestra forma de trabajar. Pasamos demasiado tiempo trabajando. Si conseguimos reducirlo, mientras aumentamos la producción, ganaremos tiempo para nosotros mismos y por tanto estaremos más satisfechos con nuestra vida.

¿La prefectura de Hiroshima quiere estar a la vanguardia de esta revolución?
Y. H.: Por supuesto. Estamos intentando crear un nuevo estilo de vida para los japoneses. No es fácil. Hay mucho que hacer pero el objetivo final es cambiar nuestra manera de vivir en Japón. En este sentido, es cierto que me gustaría que Hiroshima se situara a la vanguardia.
(risas)

Palabras recogidas por O. N.