Un viaje por el Japón más inexplorado, fascinantes paisajes, tradiciones locales centenarias y sorprendentes vínculos históricos con España
La primera vez que un español – el jesuita navarro Francisco Javier – pisó tierras niponas, Yamaguchi fue la ciudad que le recibió y le permitió establecer su misión. Este extraordinario hecho histórico es el pilar sobre el que se ha construido una cordial relación con España. Uno de los símbolos de este vínculo entre Japón y España es el párroco D.
Luis Cangas, que con 93 años continúa al frente de la Iglesia Católica de Yamaguchi, como testigo heredero de Francisco Javier.
España, Francisco Javier y Yamaguchi
La admiración hacia Francisco Javier continúa viva y sigue teniendo mucha presencia en los corazones de la gente de Yamaguchi. Esta ciudad se convirtió en su hogar durante su breve estancia en Japón, y aquí es donde él mismo dijo que experimentó mayor paz. Él esperaba que sus misiones en Japón tuvieran el mismo éxito que en otros países, pero lo cierto es que comenzó fracasando: desembarcó en Kagoshima y pasó por Yamaguchi, en lo que fue un largo viaje a pie, en pleno invierno, hasta Kioto, la capital de época. Su intención era reunirse con el emperador y lograr el permiso para predicar el evangelio en Japón. Sin embargo, dicha audiencia no pudo llevarse a cabo, lo que minó considerablemente la moral del santo. Francisco Javier recordó lo bien que lo acogieron cuando pasó por Yamaguchi, por lo que después de su fracaso en Kioto regresó a esta región, donde el señor feudal Yoshitaka Ouchi lo recibió con los brazos abiertos. Francisco Javier vivió una experiencia agridulce en Japón: podría decirse que el momento más difícil de su vida fue su llegada a Kioto y su mayor alegría fue el recibimiento del clan Ouchi de Yamaguchi. Yamaguchi dejó en Javier gratos recuerdos. Quien desee saber más sobre él, cómo se sentía y cuáles fueron sus sueños, ha de visitar esta ciudad.