Exportación : Frédéric, campeón de Europa

El patrón de Euromanga promueve el cómic europeo en Japón como prueba de su pasión por el manga

Frédéric Toutlemonde con las versiones japonesas de Blacksad, el cómic realizado por Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido. / Jérémie Souteyrat para Zoom Japón

El mercado del cómic japonés parecía ce-rrado pero los artistas extranjeros han encontrado un caballo de Troya en Euromanga, un editor de Tokio que promueve el cómic europeo en Japón. Zoom Japón ha entrevistado a su fundador, Frédéric Toulemonde.

He oído decir que usted mismo es escritor.
Frédéric Toulemonde: No realmente. Solía hacer cómics antes, pero ya no, es una pena. En Francia muchos amigos habían invertido en juegos de rol o videojuegos y yo dibujaba a menudo para sus proyectos. Incluso realicé un cómic de 50 páginas que intenté vender a un editor francés, pero me dijo que tenía que trabajarlo más y la verdad es que no estaba dispuesto a hacerlo. Después me mudé a Japón, los lazos con mis amigos se fueron rompiendo y me di cuenta de que no valía la pena dibujar solo para mí mismo.

Usted es especialista en lengua y civilización japonesa en la universidad. ¿A cuándo se remonta su interés por Japón?
F. T.: A principios de los años 80 descubrí los dibujos animados en la televisión francesa: «Capitán Harlock», «Goldorak», «Bola de Dragón», etc. Los veía todos los días. Pero al mismo tiempo me encantaban los cómics americanos y franceses. Después, a principios de los años 90, las producciones japonesas desaparecieron de las pequeñas pantallas debido a su contenido sexual y violento. En la misma época el manga comenzó a difundirse en Francia. A mí me gustaba especialmente Akira, que aún es mi preferido.

Después de trabajar una decena de años en la embajada de Francia en Tokio, usted es ahora director de la sección japonesa de la editorial “Les Humanoïdes associés” pero, sobre todo, dirige desde hace nueve años su propia empresa, Euromanga.
F. T.: Desgraciadamente, la actividad de Humanoïdes en Japón es más bien escasa en estos momentos, esperemos que las cosas mejoren en el futuro. En cuanto a Euromanga, es una pequeña empresa que creé en 2008 para promover el cómic europeo en Japón. Durante los cuatro primeros años publiqué una revista epónima, a razón de dos números por año. Ahora solo publico libros, entre 4 y 6 volúmenes anules.

Supongo que no fue fácil crear una editorial aquí en Japón.
F. T.: El sector de la edición en Japón no es tan diferente del de Europa. La principal diferencia es que si se desea vender libros a través de un distribuidor hay que abrir una cuenta con él, y no es fácil porque hay que probar que se es suficientemente serio. Cuando comencé no sabía nada de edición, así que decidí pasar por otro editor. Entré en contacto con Asuka Shinsha que aceptó distribuir mis libros. Ellos no intervienen en el plan editorial, solo me ayudan a vender mis libros. Por lo tanto, abordar el mercado japonés siendo un editor independiente es bastante difícil pero es un medio muy seguro. En cierta forma, mi ignorancia fue algo positivo. Si hubiera sabido los obstáculos a los que me enfrentaría, jamás me habría lanzado. Pero funcionó.

¿Y qué tal va del lado europeo ?
F. T.: Como el nombre de la compañía sugiere, todos mis autores vienen de Europa. Actualmente publico autores franceses pero al principio trabajé con numerosos autores de Italia, España, Bélgica etc. que habían sido publicados o que incluso vivían en Francia. Hoy, el título que mejor vendo es Blacksad [Ed. Dargaud], la obra de dos españoles, Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido. Solo publico historias originales y que ya hayan sido imprimidas en Francia. A continuación, escojo lo que pienso que está mejor adaptado al mercado japonés, compro los derechos y me ocupo de la traducción.

Blacksad es vuestro best-seller en Japón. De media, ¿cuántos ejemplares se venden?
F. T.: Entre 4.000 y 7.000, lo cual está bastante bien para un título extranjero.

En muchos aspectos Japón es un mercado muy cerrado. Los amantes del cine y de la música, por ejemplo, no parecen estar demasiado interesados por lo que viene del extranjero.
F. T. : Es cierto, pero hay una gran diferencia entre la industria de la música y del cine por una parte, y la industria del cómic, por otra. La música y las películas japonesas no tienen grandes oportunidades fuera. Su calidad es más bien baja y su enfoque tradicional; no están abiertos al exterior y se cierran voluntariamente sobre el mercado interior. En lo que concierne al cómic, la industria japonesa domina el mundo y la calidad de los mangas es tan alta que se exportan a todos lados. Su compromiso con la perfección es innegable en Europa y América. Los editores están muy implicados en el proceso de creación y producción. Por tanto, en mi opinión, la industria del manga no es cerrada. Además, las producciones japonesas y francesas o europeas son muy diferentes.


¿En qué sentido?

F. T.: El objeto en sí mismo es diferente porque los cómics franceses son en color. Esto es posible porque un cómic cuenta de media con solo 50 páginas. Los mangas cuentan entre 100 y 200 páginas, son en blanco y negro y con solamente algunas páginas a color al principio. Además, los cómics occidentales se concentran en la manera en la que la historia ocurre, a menudo en detrimento del desarrollo del personaje. Nuestro ritmo de lectura es más lento porque al lector le lleva tiempo admirar el lado artístico. Por otro lado, tomamos más distancia en relación a la historia, a diferencia del manga que, literalmente, te sumerge en ella. El lector se involucra más emocionalmente, es como ser arrastrado por una corriente muy fuerte.