Otro producto local que encuentra sus raíces lejos en el tiempo es el sake. Hiroshima se impone como uno de los tres mejores lugares de fermentación de sake en Japón incluso cuando esta región no tenía necesariamente las mejores condiciones para conseguirlo. En concreto, su agua, el elemento fundamental en la elaboración del brebaje, era muy dulce. Pero gracias a los trabajos de investigación llevados a cabo sobre todo por Miura Senzaburo, al final del siglo XIX, se encontró una técnica de fermentación en agua dulce que permitió poco a poco que Hiroshima se convirtiera en una lugar de producción importante.
Hay que ir a Saijo, al este de Hiroshima, para comprender la importancia del sake. El festival de sake, que se celebra cada año en octubre, es el mejor ejemplo. Es el único lugar del país donde se rinde tributo a la bebidas de los Dioses de esta manera. De las ocho productoras, siete están en la misma calle, la Sakagura-dori.
Se pueden visitar y también probar lo que producen. La más impresionante es la de Kamotsuru (4-31 Saijohonmachi Higashi-Hiroshima
739-0011) fundada en 1918. Además de su magnífica arquitectura y su cálida acogida, el visitante puede probar diferentes sakes fermentados y descubrir productos que han sido premiados en los grandes concursos nacionales. El sake constituye un excelente souvenir para llevar en la maleta. ¿Por qué privarse?
Odaira Namihei