Estaba previsto difundir el primer episodio el 17 de julio de 1966, pero la dirección de la cadena decidió adelantar una semana su programación después de anular la difusión de la última historia de Ultra Q por la falta de monstruos en el escenario. Pero Tsuburaya Pro no estaba listo. Para arreglar este cambio de último minuto, la TBS programó en urgencia una emisión destinada a preparar a los espectadores para la llegada del súper héroe a la semana siguiente. A pesar de ser un arreglo de último minuto, el programa cumplió perfectamente su objetivo y permitió al nuevo personaje tener un ruidoso debut dentro del paisaje televisivo japonés. Llegar a captar la atención de más de 40 millones de personas es evidentemente una hazaña digna de alguien fuera de lo común. El crédito no solo es para Ultraman porque su presencia depende de los famosos monstruos, que son marca de la casa Tsuburaya Pro. Los productores darán rienda suelta a su imaginación para crear temibles adversarios entre lo cuales se encuentra Baltan, Gomora, Mefilas, Antlar, Jamira, Red King o incluso Zaragas. En cada episodio aparece alguno más. Algunos recuerdan a Godzilla, otros a King Kong, pero la mayor parte son criaturas híbridas e esperpénticas. Poner en peligro a la población y querer destruir los símbolos de Japón son el único punto en común de todas ellas. Estos monstruos son temibles como podrían ser en la época los enemigos reales del país. A finales de los años 60, la Unión Soviética y China Popular son considerados sus principales adversarios ya que encarnan el comunismo frente al que el archipiélago servía de escudo. Recordemos que el buen extraterrestre se oculta en el envoltorio humano de Hataya. En el episodio 33, Mefilas, que se cruza en el camino de este último, le pregunta : “¿Eres un extraterrestre o un buen hombre?”. A lo que le responde: “Los dos”. Es interesante poner de relieve que en la época la alianza militar entre Estados Unidos no estaba bien vista por una parte de la población, en particular los estudiantes. Estos últimos no constituyen el público objetivo de la serie que es, sobre todo, seguida por los más jóvenes. Son estos mismos, los que 50 años después, no se oponen a la reinterpretación constitucional lanzada por el gobierno Abe que esgrime la protección del país contras las amenazas externas, sobre todo de China y Corea del Norte, sin olvidar Rusia, que continúa siendo un enemigo potencial.
Se demuestra, sin embargo, que los malos son a veces muy correosos y capaces de poner en peligro la supervivencia de Ultraman. Es el caso de Zetton, el dinosaurio del espacio, que rompe el descontador de tiempo sobre el pecho del súper héroe en el último episodio, obligándole así a volver a su planeta. ¿Una forma sutil de decir “USA Go Home”? Difícil de afirmar incluso si el responsable de escenarios, Kinjo Tetsuo, uno de los pilares de Tsuburaya Pro, no tenía mucho aprecio por los Estados Unidos e incluso albergaba cierto resentimiento respecto a la metrópolis. Originario de Okinawa, sufrió mucho la guerra y sus consecuencias, lo que le habría llevado a expresar a través de los diferentes personajes una parte de sus propios sentimientos. Esta interpretación ha sido siempre esgrimida incluso si varios de sus colegas han indicado que Kinjo Tetsuo jamás ha evocado este periodo en sus conversaciones privadas.