Oga, la costa salvaje

Otra razón para pararse a lo largo de la carretera son los restaurantes de pescadores donde comen los locales, como el Kasen-ya o el Sandaime Hotaru. El sashimi súper fresco o el hata-hata a la parrilla, un pescado de la región, no os decepcionarán. Para terminar con una nota aún más alta, es aconsejable pasar la noche en uno de los ryokan de la ciudad termal, como el Yuzankaku o el Banseikaku. En particular podéis degustar el ishiyaki, una especie de caldereta de marisco presentada en una tina de cedro en la que es cocinado con una piedra muy caliente. Las porciones son generosas en Oga y es recomendable tomar un buen baño después de la cena. Fuera de temporada no es raro que podáis disfrutar del rotenburo (baño exterior) para vosotros solos.
Si tenéis un presupuesto limitado, el hotel Moroi, el único hotel de la ciudad de Oga, es una buena alternativa al ryokan, que es más costoso. Está un tanto viejo pero su decoración de los años 50 le da cierto encanto. No es necesario reservar porque casi siempre está desocupado. Respecto al shopping no olvidéis los viejos souvenirs de pesca y la boutique de antigüedades que se encuentran a proximidad. Hallaréis flotadores de cristal, cascos de buceo, viejos vinilos de rock and roll y café. El viejo pescador propietario de la tienda no os dejará partir de la ciudad sin haberos contado sus recuerdos de Oga, cuando aún era un lugar próspero, muy visitado. Sus historias serán el recuerdo más preciado para llevarse a casa.
Laura Liverani

Cómo llegar
Saliendo de la estación de Tokio, tomar el shinkansen hasta Akita. De allí los trenes de la línea Oga os conducirán hasta la ciudad de Oga en aproximádamente una hora. A la entrada de la estación, el mostrador de información turística es muy servicial. https://oganavi.com