Hiroshima es uno de los grandes beneficiarios de este fenómeno que la asociación tokiota Furusato kaiki shien senta (Centro de ayuda para el retorno a la tierra natal) lleva a cabo desde hace de varios años. Durante mucho tiempo mal clasificada a nivel nacional, la prefectura ha experimentado un salto impresionante hacia adelante pasando de la posición 18 a la 6 en 2015. Esta progresión se explica por un cambio en la percepción a nivel de su imagen. El dinamismo que emana, ligado a un ambiente favorable, ha permitido despertar en algunos el deseo de instalarse al lado del Mar Interior y disfrutar de una vida agradable. Según el Hiroshima kurashi sapoto senta (Centro de apoyo para instalarse en Hiroshima) que aconseja a los que desean instalarse en la región, el número de hogares que han hecho los trámites en este sentido se ha multiplicado por seis en 2015 en relación al año anterior. Todavía es insuficiente para que la prefectura consiga un balance migratorio positivo pero limita claramente la hemorragia y permite a Hiroshima permanecer en la primera mitad de la clasificación anual de las regiones en función de su saldo migratorio. Lo más positivo es que son precisamente los jóvenes los que manifiestan su deseo de edificar su vida en Hiroshima.
Y parece que la región continúa cultivando esta diferencia que se inscribe dentro de una visión a largo plazo. ¿Terminará consiguiendo su principal ciudad sus objetivos en materia de desarme? La respuesta no es fácil, pero no cabe duda de que el espíritu que reina en esta región la lleva a buscar la excelencia en numerosos sectores. Hiroshima no teme la competencia, incluyendo a los que parecen más fuertes. El éxito de los Carp es un buen ejemplo con el regreso de su lanzador Kuroda Hideki, que ha dejado los Estados Unidos donde tenía una prometedora carrera. Este jugador ha dado ejemplo y ha mostrado que el éxito de Hiroshima reposa esencialmente en las gentes motivadas por un único deseo, quizás el más noble, que es el de vivir felices.
Odaira Namihei