Descubrimiento : La llamada de la naturaleza

Descenso del río de Kushiro en canoa. / Gabriel Bernard per Zoom Giappone

Cuando nos alejamos de la costa para adentrarnos en las tierras, Dôtô continua sorprendiéndonos. Los animales se hacen omnipresentes. No es raro ver grullas desde la ventanilla del tren o del autobús, dependiendo del medio de transporte elegido. En invierno, la estación de apareamiento de estas zancudas majestuosas, ofrece un espectáculo grandioso. La estación de Kayanuma, en la línea Senmô, es uno de los lugares privilegiados para observarlas, al igual que Tsurumidai, un espacio donde cerca de 200 grullas pasan el invierno, lugar accesible en autobús desde de Kushiro (55 minutos). El resto del año aparecen cuando menos te lo esperas, regalándonos unos instantes de su majestuosidad. Las montañas, los lagos y los volcanes aportan también su dosis de emoción a los visitantes de la región. Habiendo escapado al desarrollo del turismo del masas en el archipiélago, estos lugares han conservado su belleza original. A cada paso caemos rendidos al irremediable encanto de esta naturaleza, a menudo agreste, como el monte Iô, que los ainus llaman Atosanupuri, lo que significa “ montaña desnuda”. En efecto, su aspecto desolado contrasta con la exuberancia que rodea otras cumbres en la región como el monte Akan o el monte Kamui. Los depósitos de azufre han sido explotados durante mucho tiempo en el monte lô y hoy se han convertido en una atracción por su actividad visible que resulta impresionante.
La presencia de estos volcanes significa que en los alrededores encontraremos fuentes termales. El lugar más famoso de esta región es Kawayu Onsen, que dispone de una estación en la línea Senmô. Podremos hacer una pausa en el Kinkiyu Hotel (http://kinkiyu.com), el mayor establecimiento de esta estación termal que experimenta, desde hace algunos años, un notable descenso de sus visitantes. Y es una pena, porque se encuentra en el corazón de uno de los paisajes más bellos de todo Japón como afirman muchas guías japonesas. Pero si se prefiere un lugar menos imponente o lo que se busca es sumergirse en la cultura ainu, hay que visitar Kotan, a unos veinte minutos en taxi desde Kawayu Onsen. Existen autobuses, pero no son muy numerosos. El mejor lugar para pasar la noche es el Marukibune (https://marukibune.jimdo.com) donde conviene cenar asistiendo a alguno de los espectáculos musicales que tienen lugar por la noche. Justo detrás del hotel se encuentra un baño exterior de agua caliente que se abre sobre el lago Kussharo y las montañas que lo rodean. Tanto al amanecer como al atardecer tomar un baño aquí es una experiencia inolvidable.
Más al sur, la vasta planicie pantanosa de Kushiro Shitsugen, que se puede visitar en canoa, es un ejemplo de la increíble diversidad natural de Dôtô. Existen numerosas posibilidades de realizar visitas del río Kushiro, donde, una vez más, nos esperan sorpresas, tanto animales como vegetales. Pero apenas hayas dejado tus bártulos sentirás de nuevo la llamada para seguir descubriendo Hokkaidô.
Gabriel Bernard

Un águila de mar sobrevuela el mar helado de Okhotsk a finales de febrero. / Gabriel Bernard para Zoom Japón

Para llegar
Desde Tokyo, lo más simple es coger el avión hasta el aeropuerto de Memanbetsu. ANA y JAL tienen vuelos desde Haneda. Podrás llegar a Abashiri o Utoro en taxi o autobús (tres veces al día, 9h25, 13h30 y 15h30) por 910 yenes y 3 300 yenes respectivamente.

Desde Sapporo, el expreso Okhotsk te llevará hasta Abashiri. Unas 5 horas de tren (9 910 yenes). Existe un servicio de autocar de noche (salida a las 23h15, llegada a las 6h45) que va hasta Utoro (8 230 yenes).

Al atardecer, en el mar de Okhotsk, los pescadores de salmón salen a pescar. / Gabriel Bernard para Zoom Japón