Historia : Érase una vez Frederik el grande

Pionero en el descubrimiento y la difusión de la cultura pop, Frederik Schodt golpea de nuevo.

Frederik Schodt con Tezuka Osamu del que era un gran admirador. / Jérémie Souteyrat para Zoom Japón

Autor y traductor, Frederik Schodt es conocido por haber trabajado durante numerosos años con Tezuka Osamu, el dios del manga. Pero para muchos fans del cómic como yo, Fred, él mismo, es un dios. Contribuyó enormemente a popularizar el término “manga” en el mundo entero con su libro “¡Manga! ¡Manga!” (inédito en español), publicado en 1983, cuando los occidentales aún no sabían qué significaba esa palabra. Schodt ha traducido recientemente la gran biografía que Ban Toshio le dedicó a Tezuka, The Osamu Tezuka Story (“La historia de Tezuka Osamu”, inédito en español). Publicada inicialmente en Japón en 1992, la obra de más de 900 páginas es, según Frederik Schodt, un manga informativo y biográfico que explica tanto el trabajo como la personalidad de Tezuka.
A lo largo de los más de tres decenios que separan estos dos libros, los mangas han conquistado el mundo, un fenómeno que no deja de sorprender a Schodt. “Cuando tuve que decidir el título de mi primer libro, lo consulté con el futuro fundador de Stone Bridge Press, Peter Goodman, que era en esa época mi editor en Kodansha International. Él me propuso que utilizáramos el término ‘manga’. Yo me opuse al principio porque temía que la gente lo confundiera con una palabra italiana que significaba ‘comer’. En aquella época nadie en los Estados Unidos había probado todavía el sushi. Finalmente se impuso su decisión pero esto muestra cuán diferentes eran las cosas en ese momento”, cuenta. “Al principio, la mayor parte de la gente, yo incluido, pensaba que para publicar mangas traducidos hacía falta que se pareciesen lo más posible a los cómics americanos. Todas las ilustraciones debían estar adaptadas al sentido de la lectura occidental. Teníamos que añadir también numerosas notas para explicar los conceptos culturales japoneses. Hoy, los lectores no están contentos si no se respeta el sentido de lectura japonés. Quieren que se acerque lo más posible del original”.